Miramar

Desde nuestro estudio concebimos esta casa de dos plantas, de nueva construcción, como un proyecto donde cada decisión de diseño responde a una idea central: crear un hogar cálido, contemporáneo y lleno de carácter. Un espacio donde el interiorismo no acompaña a la arquitectura, sino que la define y le da alma.

El color ha sido el gran protagonista en este proyecto, actuando como hilo conductor que estructura y da ritmo a toda la vivienda. Tonos mostaza, azul petróleo, terracotas suaves y neutros cálidos conviven en perfecta armonía, aportando profundidad, contraste y coherencia entre estancias. Esta paleta cromática no solo responde a una intención estética, sino también emocional: cada ambiente transmite sensaciones distintas, pensadas para el uso que se hace de él.

La madera se emplea como elemento atemporal y envolvente, presente tanto en mobiliario a medida como en revestimientos. Aporta textura, confort visual y continuidad entre los espacios. Se combina con metales en acabados cálidos, como el cobre o el latón cepillado, que introducen un punto de sofisticación contemporánea a los espacios.

En la planta baja, la distribución favorece a la apertura y a la fluidez. La cocina, en azul profundo con detalles en madera clara y oro, se abre al comedor y salón, generando un espacio de día luminoso, funcional y acogedor. Las piezas de mobiliario de diseño ligero, la iluminación decorativa y la elección de textiles, refuerzan la identidad visual del conjunto.

La escalera volada de madera, con barandilla de vidrio, actúa como elemento escultórico que articula ambas plantas y se convierte en una de las piezas más icónicas de la casa. Bajo ella, un rincón de lectura con butaca tapizada en naranja y marrón aporta un gesto cálido y doméstico.

En el dormitorio principal, los tonos azulados de las paredes se combinan con el patrón geométrico del cabecero y detalles en amarillo para generar una atmósfera serena pero con personalidad. El vestidor en madera de nogal mantiene la línea cálida y elegante del resto de la vivienda, creando un espacio íntimo y funcional.

Cada baño ha sido tratado como un pequeño universo. Materiales como piedra natural, terrazo, cerámica texturizada y lavabos escultóricos definen espacios con fuerte identidad. La iluminación, cuidadosamente pensada, acentúa las texturas y genera ambientes sofisticados. En el aseo de cortesía, un papel pintado de inspiración abstracta en tonos cálidos y profundos, se convierte en una declaración visual que sorprende y define el carácter del espacio.

En el exterior, la misma atención al detalle se traslada a la terraza, donde un comedor con sillas en amarillo vibrante sobre fondo de ladrillo visto y vegetación aporta frescura y vitalidad, extendiendo la experiencia del interior hacia el jardín.

Este proyecto refleja nuestra manera de entender el diseño de interiores, como una herramienta para crear espacios estéticamente equilibrados, emocionalmente acogedores y profundamente habitables.