Miquel i Mas

El proyecto nace de la voluntad de transformar un espacio con historia en un hogar cálido, funcional y con una identidad propia. Esta intervención se abordó como un ejercicio de equilibrio entre arquitectura, diseño interior y vida cotidiana, donde cada elección responde a una mirada sensible y coherente.

La intervención parte de una arquitectura preexistente con carácter, que se ha reinterpretado desde la honestidad de los materiales y la suavidad de las formas. La distribución se repensó para ganar fluidez, luminosidad y coherencia espacial, creando conexiones naturales entre las zonas comunes y los espacios más íntimos.

Pero es en los acabados donde el proyecto cobra profundidad: madera de roble natural en pavimentos y carpinterías, cerámicas artesanales con textura mate y ligeras irregularidades, tejidos de lino en tonos empolvados y una paleta cromática que se despliega con sutileza y personalidad. Los blancos rotos, cremas suaves, verdes minerales y terracotas apagados construyen una atmósfera serena y atemporal.

La iluminación, clave en este proyecto, ha sido diseñada para acompañar el ritmo del día y destacar la riqueza material del conjunto. Piezas técnicas y decorativas conviven para crear ambientes envolventes y funcionales.

No es solo una vivienda reformada, es un relato construido a través de texturas, luz y color. Un hogar donde todo está pensado para ser vivido con calma, donde el diseño no busca protagonismo, sino equilibrio y autenticidad.